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Se identifican marcas de aerosol en las veredas de Montevideo. Esta obra surge en la identificación concreta de un hecho ajeno, que visualizamos como intervención urbana, y mudamos de categoría e intención al plano de obra a través del registro fotográfico.

Cuando se realizan intervenciones en el espacio público, uno de los primeros aspectos a tener en cuenta es la incidencia de la obra en un espacio de uso común y la relación entre ese grado de incidencia y el fin al que apunta. Acostumbrados a un espacio público desordenado y superpoblado de información visual, muchas veces la incidencia, para hacerse masivamente visible, debe cobrar monumentalidad o aplicar estrategias como la repetición o la invasión, recursos utilizados habitualmente en el arte urbano.

En la búsqueda opuesta y en pos de que la obra incida lo mínimo posible en el entorno, decidimos encontrar en la realidad aquello que podríamos considerar una intervención según nuestros parámetros de visualización y apropiarnos de la misma.

Esos parámetros, subjetivos y estrechamente vinculados con nuestra concepción de arte, hacen que algo pase desapercibido para algunos y notorio para otros, pero a través del registro y su exhibición, la acción se convierte en tal a partir de la mirada, en la captura y valoración de una sección de realidad. La repetición se mantiene como estrategia, ya que está dada por el hecho en sí. La documentación es el modo de hacer visible lo invisible.

Colabora en el registro Guillermo Sierra

Es parte de la exhibición colectiva En el lugar de lo dicho. Exploraciones en el archivo discursivo de la fotografía, Curada por José Antonio Navarrete. Fotograma:13. Museo Nacional de Artes Visuales. 2013

Catálogo En el lugar de lo dicho. Exploraciones en el archivo discursivo de la fotografía